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viernes, 8 de enero de 2010

Cáncer;

Se miró al espejo y sedaba asco a si misma. Era morena con la melena muy larga , de unos ojos azules profundos como el cielo, pómulos perfectos, nariz recta… simplemente perfecta. Gustaba a muchos chicos pero aun así no estaba cómoda consigo misma. Desde hacía tiempo conocía lo que era levantarse por la mañana y sentir ganas de matarse, era buena persona y seguía pensando que necesitaba ayuda…pero no encontraba a la persona perfecta. Esta vez se cansó de ir a coger la cuchilla de afeitar de su hermano. Sin embargo, cogió las tijeras. Contemplaba mirándose al espejo como mechón a mechón se iban callendo al suelo suavemente… Su larga y preciosa melena quedó reducida a un pelo sin vida ni brillo, malamente cortado. Se volvió a mirar al espejo para ver su patética faena. Se le calleron las tijeras de la mano y empezó a llorar. En ese momento le sonó el móvil. -¿Si?-dijo Kaithlyn,con la voz temblorosa-. -Hola Kaithlyn, soy mamá. Estamos en el hospital y…- estaba llorando-. -¿Qué ha pasado? ¿Mamá? No por favor no…-gimoteó-. -Lo siento mucho. Kaithlyn colgó el teléfono y lo tiró al suelo. Volvió al baño para observar su pelo de nuevo. Paró de llorar y sonrió. Su hermano Delian, acababa de morir. Tenía cáncer desde hacía un par de años y lo habían ingresado hacía unos meses. Los doctores aseguraban que se curaría… y los doctores, una vez más, se equivocaron.

miércoles, 6 de enero de 2010

Gotitas;

Abrió los ojos y le dijo:

-Quiéreme como si fuera la única cosa que poseas en el mundo-dijo ella-.

-Te quiero, como si fueras la única cosa que poseo en el mundo.-dijo él-.

Él le soltó la mano. Leyla le sonrió y volvió a cerrar los ojos, los médicos empujaron la camilla hasta el quirófano y Arthur se quedó mirando cómo se alejaban lentamente.

Se giró y caminó lentamente hasta la sala de espera, cerca de la sala de operaciones.

-Tranquilo, todo saldrá bien-dijo Nara sonriéndole-.

-Solo hay finales felices en los cuentos, Nara.

-Desde pequeños nos enseñaron a tener fe, Arthur.

Arthur se enfadó, se levantó y tiró la silla en la que hasta hacía 5 segundos estaba sentado.

-¿Es que no te das cuenta de que todo es una mentira? Todo lo que se nos enseña de pequeños no sirve para nada, no existen los sueños, no existen los finales felices.-seguía enfadado-.

-¿Y eso por qué? ¿Por qué lo digas tú? ¿ Por qué por tu culpa Leyla esté así y tengas miedo de que pueda suceder algo trágico?

Arthur se calló y bajó la mirada.Después de las palabras de Nara se había quedado pensativo, ella llevaba razón. Por su culpa Leyla estaba así y él lo único que hacía era gritar incoherencias. Así no ayudaba mucho.

Al cabo de unos instantes de meditación, se relajó y se sentó. Unas pequeñas gotitas saladas le empezaron a salir de los ojos. Lágrimas.

domingo, 3 de enero de 2010

El río (:

No sabía si estaría ahí, pero ya llevaba mucho rato buscándola y si no estaba ahí,en muchos lugares mas ya no podría buscar. Estaba sin aliento de tanto correr, no podía esperar más… ¿ y si estaba…? No,no podía pensar eso,pero si fuese verdad… Llegó al interior del bosque, donde estaba el río…Allí fue donde se dieron su primer beso. Meredith estaba subida al tronco hueco que atravesaba el río, se balanceaba pero no se caía. Alejandro se asustó y se acercó hasta allí para intentar persuadirla de que se bajara de ahí,podía ser peligroso.

-Meredith,¿qué haces ahí? Por favor, bájate…

-¿Bajarme?¿Qué dices? ¡Pero si esto es muy divertido!

Alejandro lo advirtió, llevaba una botella de Coñac en la mano, barato, probablemente comprado en el lugar más lúgubre y barato de la ciudad…Estaba borracha. Le entró el pánico, cuando Meredith estaba borracha podía hacer cualquier cosa…

-Meredith por favor, necesito hablar contigo, pero para eso tienes que bajarte de ahí…

-¿Por qué? ¿Acaso tienes miedo?¿ Miedo a qué?¿ A que me resbale ,me caiga y me ahogue? No fuiste tan comprensivo al engañarme y utilizarme…Me destrozaste ,me hundiste humillaste y , ¿ahora pretendes que te haga caso? Ni siquiera debería hablarte, ni siquiera sé porque estás aquí.

-Meredith, estoy arrepentido… Me equivoqué, ¿es que no puedes entenderlo? Todo el mundo comete un error.

-Un error, cinco errores… ¿y? una infidelidad no se perdona Alejandro.

Esa frase fue la única que sonó seria, parecía sobria.

-Meredith …que yo sea idiota no quiere decir que tengas que hacer estupideces…

-¿Estupideces? ¿Pensabas que yo…? –rió fuertemente- ¿Enserio me creías capaz de hacer semejante hecho por una chorrada así?

-En ese momento si, ahora que estoy hablando contigo ya no lo creo…

Meredith sonrió. Sus gruesos y jugosos labios estaban más seductores que nunca. Y sus ojos en ese momento, estaban de un color azul cielo muy apetecible… Alejandro se arrepintió de todo mal que le hizo, en ese momento lo único que quería hacer era llorar. Ella dejó de mirar al suelo y levantó la mirada, le dijo las últimas palabras que Alejandro pudo oir:

-¿Probamos?

La expresión de Alejandró cambió de tristeza a desesperación. Vio como el amor de su vida le sonreía por ultima vez. Vio como Meredith cerraba los ojos mientras le caian lágrimas por la mejilla y se dejó caer al rio. La corriente era fuerte y Meredith no sabía nadar. Alejandro vió como Meredith se hundía en el agua para no volver a respirar jamás. El corazón de Meredith se fue apagando lentamente… y Alejandro , se quedó mirando al rio…Con la vana esperanza de poder ver la carita pálida de Meredith resurgiendo entre la corriente…