¿Nos sigues?

sábado, 6 de marzo de 2010

1-¿Y la luz?;

Sonó el timbre, era hora de entrar. Aura, para variar un poco, llegaba tarde a clase. Llevaba unas gafas de sol para intentar disimular las ojeras. Esa noche, tampoco había podido dormir. -Buenos días, Sr.Tombohen.- dijo Aura cabizbaja-. -Srita. Ledier, vuelve usted a llegar tarde, debe de ser ya la 15º vez. -Lo siento Sr.Tombohen, es que he dormido mal y… -La misma excusa de siempre. Siéntese, hágame el favor y procure de no interrumpir más. Ah, y quítese esas gafas, un poco de educación. Aura, con aire apesadumbrado se quitó las gafas de sol. -Dios mio Aura…-dijo el profesor con cara aterrorizada-. Aura era pálida, muy pálida. De unos ojos plateados intensos y cabellos negros azabache. De modo que las ojeras resaltaban excesivamente. Aura suspiró. -Ya me siento, Sr.Tombohen.-comentó ella,tajante-. La clase pasó rápida. En cuanto sonó el timbre Aura intentó escabullirse lo más rápido posible de allí pero el profesor la detuvo antes de tener la oportunidad. -Ledier, quiero hablar con usted unos minutos. -¿Si, profesor? -Quiero que me diga, por qué desde hace 1 mes llega usted siempre tarde, cansada, con unas ojeras anormales en una persona. El profesorado estamos pensando que usted podría tener... problemas. Y queremos ayudarla en cuanto nos sea posible. -No me pasa nada, profesor. Pueden estar ustedes tranquilos. -Señorita Ledier, usted se piensa que los profesores no hemos tenido su edad. No estamos aquí solo para darle clase. Aura no aguantó más y empezó a llorar. Amadio la abrazó. -Por favor Ledier, cuéntemelo. Queremos ayudarla. -¿Ayudarme? Ustedes no pueden ayudarme aunque quieran. -Si no lo intenta siquiera, no. Aura inhaló aire profundamente y lentamente se dispuso a concederle al maestro lo que deseaba. -No es desde hace un mes, sino desde siempre. Lo que pasa esque antes era muy pequeña para darme cuenta. He crecido viendo a una señora de cara triste, siempre dispuesta a intentar consolar a los demás, pero siempre con ganas de llorar. Venía del colegio y me sonreía , me decía que subiera a mi habitación, a hacer los deberes y en ese momento llegaba mi padre. Subía a mi habitación sin tener consciencia de nada y en ese momento era cuando empezaba a oir los gritos de mi madre.

3 comentarios: